Hace unos días revisando fotos de mis viajes por Colombia para un post en mi blog me topé con esta foto.
E inmediatamente me vino a la memoria la conversación que mantuve con este campesino.
Recuerdo perfectamente que me preguntó qué era lo que más feliz me hacía de mi trabajo.
Y le respondí, que la oportunidad que me ofrecía tener conversaciones relajadas con personas de otros países, otras culturas y otras profesiones u oficios.
Y precisamente eso, era lo que él echaba de menos de su trabajo: poder conversar con desconocidos, con personas de otras ciudades , regiones o culturas.
Siempre le recordaré por todo el tiempo que me dedicó y las confidencias que me contó.
Y eso es también lo que voy a priorizar en mi nuevo proyecto de viajes de autor, Territoria viajes: el poder de las conversaciones.